1. A partir de las dos frases iniciales del libro escribe un microrrelato (10-15 líneas) que no tenga nada que ver con el argumento de la novela.
Soy mujer y escribo. Soy plebeya y sé leer. Nací sierva y soy libre. He visto en mi vida cosas maravillosas. He hecho en mi vida cosas maravillosas. Durante algún tiempo, el mundo fue un milagro, luego regresó a la oscuridad. Durante mucho tiempo he esperado a un mundo propicio a la libertad y a la generosidad en las almas de la gente.
Para salvar mi vida de la condenación que fue declarado sobre mi por hechicería, he tenido que ser muy astuta y a utilizar todo el poder que tenia. Conseguí salir del castillo, la mañana donde tenían que cremar mi cuerpo, y ir muy lejos de toda presencia humana.
En aquel tiempo, practicar brujería era totalmente prohibido, y yo lo hice servir solamente para castigar a ese hombre bárbaro y perverso que era mi dueño de no tratar me como a un objeto, no podía controlarme, estaba llena de rabia, le deje sin que pudiera hablar ni ver. Pero uno de los guardias entró y descubrió quién era verdaderamente, desde esa noche no paro de correr para no estar raptada otra vez como raptan a los animales, ahora vivo en el bosque de Créssy
Cuando era pequeña, mi madre antes de morir me decía que si algún día nuestro secreto fuera descubierto, mi único escondite estará en este bosque pero nunca me había dicho lo que había allí hasta que lo descubrieron mis propios ojos.
En aquel bosque vivía una comunidad secreta de hechiceros, pero de miedo a la crueldad de los hombres, tenían que ser muy prudentes, vivían en cautividad como criminales aunque no lo fueran. Cuando llegué allí, todos ya esperaban mi venida, las mujeres me cogieron, me lavaron y metieron un vestido negro con una capa dorada y me llevaron hasta el gran brujo llamado Zorat, fundador de esta comunidad. Al entrar en esta cueva oscura y lúgubre, sentí algo como un mal presentimiento.
Al final del camino que se trazaba en la cueva llegamos en un lugar lleno de luces y entonces mi miedo ha desaparecido, las mujeres me dejaron allí sola, hasta que veo de frente un hombre viejo que llevaba una capa dorada y que, me miraba fijamente, lo más extraño es que me parecía haber visto a esta cara amistosa ya más de una vez . este hombre al ver empezó a sonreír me, él también esperaba mi venida. En este momento ninguna palabra llegaba salir de mi boca, esperaba que él me diera una explicación a todo lo que me ocurría y allí me dice: “Hace mucho tiempo que te estaba esperado mi querida hija Leola”. Con un tono cariñoso.
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